lunes, 21 de febrero de 2011

Pactos, promesas, porqué?
A que te atas, a lo imposible, a vender tu alma.
Por miedo, miedo al paso del tiempo, pretendes temporizar tu vida a través del otro.
pero el tiempo es absurdo, no lo hemos inventado, es parte de la necesidad del orden.
Pero ese orden esconde la nada, un vacío. como la cosa, detrás de la cosa no hay nada, solo su nombre esta para envolver algo que no tiene significado, existe pero no es.
Como desenmascararte, si te encuentras con la nada, que pasa ahí?.....
Es como cuando niña, tenias mas miedo a asomarte debajo de la cama que a lo que pensabas estaba ahí. ¿qué ibas a encontrarte, nada, absolutamente nada, un miedo disfrazado de fantasmas que te jalaban los pies o te asfixiaban de noche?

Por eso la niña esa que le tenía miedo al miedo, cada noche se tapaba con la sábana, y solo deseaba tener a un lado de los ojos, lo que le ponían a los caballos cuando iban por la calle para ver nada. No quería ver ni sentir nada, quería desaparecer ante ese miedo que la arrollaba.

Mejor era irse al mundo de la pobreza habitada por basura que tenía cierta personalidad. Ahí se sentía reina de la selva de basura, era la que dominaba lo que por obvias razones no se requería dominar, ya que la basura no tenia voz ni voto, ni poder alguno por eso de no pertenecer al mundo de los vivos, o al menos los vivos que ella conocía. Porque si conocía, y lo que conocía no parecía agradarle del todo, bueno, realmente mas casi nada, que, del todo.

Así que se podría jugar la vida, entre mundos inventados donde no existía la posibilidad de finales trágicos, no como la vida real que entre que juegas y te juega.
Aqui ella solo jugaba, jugaba a ser la niña pobre sola en el mundo melodramatico, buscando un objeto que al envolverlo con sus ideas, vivía, y tenía vida solo ante una pregunta, eran personajes con signos de interrogación ambulatorios, caminaban siempre representando una duda, pero no vivian para responderlas si no para hacerlas presentes y a la vez ajenas a la protagonista.
había una personaje, medio lata ya chatarra llamado ¿acaso esto es todo lo que hay?, había otro osos de peluche mordido llamado ¿puedo escoger quien me quiera?, la niña caminaba y conocia y recreaba proximos encuentros escpectaculares, pero de lo que se trataba era de escoger con quien poblar su mundo, ¿acaso era posible? en la fantasía lo era, ¿en la realidad? la realidad no existia para ella porque no podía escogerla, la veía como al precio a pagar por tener su mundo inventado, toda propiedad exige sacrificio pensaba. y como el basurero de infinitas criaturas solitarias dispuestas a encontrarse, era suyo, estaba dispuesta a sacrificar lo que fuera por mantenerlo.

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